El problema de consumir una dieta alta en trigo y granos es que exprimen calorías y nutrientes de otros alimentos sin reemplazarlos completamente. Los nutrientes en los granos molidos/procesados tienen baja biodisponibilidad, lo que significa que el cuerpo no puede acceder a ellos y absorberlos. Incluso los granos no refinados están limitados por las toxinas que la planta produce para defenderse de los depredadores.
Las plantas están equipadas con antinutrientes llamados gluten, lectinas y fitatos. Algunos animales pueden manejar las toxinas, pero los humanos no. El gluten, por supuesto, causa síntomas relacionados con la intolerancia en muchas personas, incluso en aquellas que no tienen enfermedad celíaca completa. Las lectinas se unen a los receptores de insulina y al revestimiento intestinal, causando malestar gastrointestinal. Los fitatos pueden unirse a los minerales y retardar su absorción.
Para ver de qué se trata, consulte la siguiente lista de cantidades de vitaminas y minerales en el trigo y los cereales:
- Vitamina A: Ninguna en los granos. Sólo el maíz amarillo contiene betacaroteno, que el cuerpo convierte en vitamina A. La falta de vitamina A es un problema enorme en los países en desarrollo debido a su alto consumo de trigo; allí, esta deficiencia es un factor determinante para las enfermedades y la mortalidad infantil. La deficiencia de vitamina A exacerba los síntomas de las enfermedades infecciosas.
- Vitamina B: La vitamina B12 se encuentra sólo en productos de origen animal. Generalmente, los granos contienen el resto de las vitaminas B, pero su biodisponibilidad no es muy alta. Por ejemplo, mientras que su cuerpo puede utilizar el 100 por ciento de la B6 disponible en la carne, puede acceder sólo del 20 al 25 por ciento de la cantidad en el trigo. La deficiencia de vitamina B12 impide la producción de glóbulos rojos, nervios y ADN. La falta de otras vitaminas B, como la tiamina, la riboflavina y la niacina, conduce a todo tipo de problemas, incluyendo problemas reproductivos e incapacidad para sintetizar la insulina.
- Vitamina C: Ninguno. La vitamina C es importante para los huesos, la piel y el tejido conectivo, especialmente en el área de cicatrización de heridas.
- Vitamina D: Ninguna naturalmente. Muchos cereales están fortificados con vitamina D. La falta de esta vitamina contribuye al raquitismo y a la mala salud de los huesos y puede ser un factor en el desarrollo de diabetes, esclerosis múltiple e hipertensión.
- Vitamina E: Ninguno en trigo, con cantidades mínimas en otros granos. La deficiencia de vitamina E contribuye a problemas neurológicos, enfermedades gastrointestinales y problemas reproductivos.
- Calcio: Muy poco. Estas bajas cantidades, combinadas con altos niveles de fósforo y magnesio en el trigo, provocan un aumento de la pérdida de calcio y, por lo tanto, de hueso.
- Hierro: Muy poco, lo cual es un problema importante porque la deficiencia de hierro es el problema nutricional más común en el mundo, afectando a cerca del 30 por ciento de la población. Consumir muy poca de esta vitamina produce menos glóbulos rojos y menos oxígeno en todo el cuerpo.
- Zinc, cobre y magnesio: Muy poco de los tres, lo que resulta en una disminución de la función inmunológica y, en el caso del magnesio, un mayor riesgo de enfermedad cardíaca y diabetes, así como debilidad muscular y cambios en la personalidad.